La preeclampsia afecta entre el 7-10% de las mujeres embarazadas, convirtiéndose en una de las complicaciones más frecuentes durante la gestación. La gravedad de esta condición no debe subestimarse, ya que puede generar complicaciones serias tanto para la madre como para el bebé si no se trata adecuadamente.
De hecho, las mujeres con preeclampsia tienen 4 o 5 veces más probabilidades de experimentar complicaciones poco después del nacimiento en comparación con aquellas que no padecen esta condición.
En esta guía completa, usted encontrará información esencial sobre qué es la preeclampsia, sus síntomas principales, cómo se diagnostica y, lo más importante, las medidas preventivas que puede tomar para proteger su salud y la de su bebé durante el embarazo.
¿Qué es la preeclampsia?
La preeclampsia representa una complicación seria del embarazo que se manifiesta como una enfermedad multisistémica específica de la gestación humana.
Esta condición se define médicamente como una hipertensión de inicio reciente que aparece después de la semana 20 de gestación, acompañada de daño a órganos como los riñones, evidenciado por la presencia de proteínas en la orina (proteinuria).
Aunque principalmente se desarrolla durante el embarazo, también puede manifestarse en el período posparto, generalmente dentro de las primeras 48 horas después del nacimiento.
Síntomas de preeclampsia
Los signos de alerta de la preeclampsia requieren atención inmediata para proteger tanto su salud como la de su bebé. Aunque algunos síntomas pueden parecer normales durante el embarazo, existen señales específicas que nunca debe ignorar.
- Cambios en la presión arterial. Un aumento significativo en sus cifras tensionales constituye una señal crítica. Si sus mediciones alcanzan o superan 140/90 mmHg en dos ocasiones separadas por 4 horas, necesita evaluación médica urgente.
- Hinchazón repentina y notable en manos y rostro.
- Aumento de peso brusco superior a 900 gramos en una semana.
- Dolor intenso en el lado derecho del abdomen, bajo las costillas.
- Disminución significativa en la producción de orina.
- Dificultad respiratoria notable.
- Alteraciones visuales y neurológicas. Busque atención médica inmediata si experimenta pérdida temporal de visión, sensibilidad excesiva a la luz, visión borrosa o destellos luminosos, y dolor de cabeza intenso.
- Síntomas gastrointestinales significativos. Las náuseas y vómitos adquieren especial relevancia cuando aparecen súbitamente durante la segunda mitad del embarazo. Si estos síntomas se acompañan de dolor abdominal, particularmente en el cuadrante superior derecho, debe contactar inmediatamente a su médico.
Causas de la preeclampsia
Los cambios fisiológicos durante el embarazo pueden desencadenar una serie de respuestas en el organismo materno que conducen al desarrollo de la preeclampsia. Sin embargo, la causa exacta de la preeclampsia se desconoce.
Los especialistas señalan que el origen de la preeclampsia comienza en la placenta. Asimismo, se ha identificado un componente genético significativo, con estudios en gemelos que indican que entre el 22% y el 47% de los casos pueden tener un factor hereditario.
Factores de riesgo de preeclampsia
Los grupos con mayor riesgo de desarrollar preeclampsia incluyen:
- Mujeres con antecedentes de preeclampsia en embarazos anteriores
- Primigestas, que presentan un riesgo del 5% al 6% en comparación con menos del 1% en multíparas
- Gestantes con diabetes tipo 1 o 2, hipertensión crónica o enfermedad renal
- Mujeres mayores de 35 años o con un índice de masa corporal superior a 30
- Embarazos múltiples o concebidos mediante técnicas de reproducción asistida
Además, factores socioeconómicos como el acceso limitado a la atención médica y determinados grupos étnicos presentan un riesgo incrementado.
¿Cómo se hace el diagnóstico de preeclampsia?
El diagnóstico preciso de la preeclampsia requiere una evaluación médica exhaustiva que incluye diversos exámenes específicos.
El proceso diagnóstico comienza con análisis de sangre completos para evaluar múltiples aspectos de su salud. Estos incluyen:
- Evaluación de la función renal mediante pruebas de creatinina sérica y nitrógeno ureico.
- Análisis de enzimas hepáticas para detectar posible daño hepático.
- Recuento de plaquetas y pruebas de coagulación sanguínea.
- Medición de electrolitos séricos y ácido úrico.
Asimismo, se realizará un análisis de orina de 24 horas para cuantificar la presencia de proteínas. Un valor superior a 300 mg en este período confirma la proteinuria significativa. Alternativamente, cuando esta prueba no está disponible, se puede utilizar el cociente proteína/creatinina, donde un valor igual o superior a 0.3 mg/dl indica preeclampsia.
De igual forma, es importante el monitoreo materno-fetal, que incluye:
- Control frecuente de presión arterial utilizando un brazalete de tamaño adecuado.
- Monitoreo de síntomas neurológicos como cefaleas o alteraciones visuales.
- Valoración de edema en cara, manos y extremidades.
- Ecografías regulares para evaluar el crecimiento del bebé y el volumen del líquido amniótico.
- Pruebas sin estrés (NST) para verificar la frecuencia cardíaca fetal.
- Evaluación Doppler de arterias umbilicales y uterinas para valorar la circulación placentaria.
En casos de preeclampsia severa, usted requerirá hospitalización para un monitoreo más estrecho. Durante su estancia hospitalaria, los controles de laboratorio se realizarán con mayor frecuencia hasta lograr la estabilización de su condición.
Si usted presenta preeclampsia leve y se encuentra en manejo ambulatorio, sus controles prenatales deberán programarse semanalmente. En cada visita, además de las pruebas mencionadas, se evaluará el riesgo de progresión hacia preeclampsia severa.
Tratamiento para la preeclampsia
El tratamiento definitivo de la preeclampsia consiste en dar a luz al bebé. Sin embargo, la decisión sobre el momento adecuado dependerá de diversos factores clínicos específicos.
Los fármacos de primera línea se utilizan para controlar la presión arterial. Asimismo, durante su hospitalización, usted recibirá atención especializada que incluye:
- Monitoreo continuo de presión arterial, buscando mantener valores entre 140-150/90-100 mmHg.
- Control riguroso de síntomas y posibles complicaciones.
- Evaluación frecuente del bienestar fetal.
En casos de preeclampsia severa o grave, usted será ingresada en una unidad de cuidados especiales o intensivos para garantizar una supervisión más estrecha.
Parto anticipado: cuándo es necesario
La decisión de adelantar el parto se basa en criterios específicos:
Se requiere un parto inmediato si:
- El embarazo ha alcanzado 37 semanas o más.
- Presenta preeclampsia grave después de 34 semanas de gestación.
- Muestra signos de deterioro en función renal, pulmonar, cardíaca o hepática.
- Existe evidencia de sufrimiento fetal.
El método de parto, sea vaginal o por cesárea, se determinará según la gravedad de su condición, la edad gestacional y otros factores clínicos relevantes. Asimismo, después del parto, usted continuará bajo observación médica, puesto que la preeclampsia puede persistir o incluso desarrollarse durante las primeras 48 horas posparto.
Complicaciones de la preeclampsia
Las complicaciones derivadas de la preeclampsia pueden afectar significativamente tanto a la madre como al feto. Aunque cada caso presenta características únicas, existen patrones reconocibles que requieren atención médica especializada.
El síndrome HELLP representa una de las complicaciones más serias, caracterizado por hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y plaquetas bajas. Esta condición puede desarrollarse rápidamente, ocasionando insuficiencia hepática aguda, coagulación intravascular diseminada, desprendimiento prematuro de placenta o edema pulmonar agudo.
Las mujeres que han padecido preeclampsia enfrentan un riesgo aumentado de problemas cardiovasculares futuros. Además, pueden experimentar accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico, crisis hipertensivas que requieren hospitalización, convulsiones eclámpticas que amenazan la vida y daño permanente en órganos vitales.
Por otro lado, el feto puede verse afectado de diversas maneras debido a la insuficiencia placentaria, como por ejemplo:
- Restricción del crecimiento intrauterino
- Oligohidramnios (reducción del líquido amniótico)
- Sufrimiento fetal agudo
- Necesidad de parto prematuro
Por tanto, resulta fundamental mantener un seguimiento médico estrecho y cumplir con todas las recomendaciones de su equipo de salud para minimizar estos riesgos. La detección temprana y el tratamiento oportuno constituyen elementos claves para prevenir complicaciones graves.
¿Cómo evitar la preeclampsia en el embarazo?
Aunque actualmente no existe una manera absoluta de prevenir la preeclampsia, usted puede tomar medidas específicas para reducir significativamente su riesgo. Las investigaciones científicas han identificado estrategias efectivas para minimizar la probabilidad de desarrollar esta condición.
Si usted presenta factores de alto riesgo o más de un factor de riesgo moderado, su médico podría recomendarle tomar dosis de aspirina diariamente. Este tratamiento debe iniciarse entre las semanas 12 y 28 de gestación, preferentemente antes de la semana 16.
Una alimentación equilibrada resulta fundamental para prevenir la preeclampsia. Incorpore en su dieta alimentos ricos en calcio, potasio y magnesio, vegetales de hojas verdes, cereales integrales y frutos secos sin sal.
Además, es esencial mantener un peso saludable antes y durante el embarazo. El ejercicio físico regular también contribuye a reducir el riesgo. Se recomienda realizar al menos 140 minutos semanales de actividad moderada.
Asimismo, debe evitar:
- Alimentos y bebidas estimulantes como café y chocolate.
- Productos altos en sodio y comidas precocinadas.
- Comida rápida y piezas de repostería.
- Bebidas alcohólicas.
El control médico regular permite identificar tempranamente signos de preeclampsia. Asista puntualmente a todas sus citas prenatales para monitorear su presión arterial y otros indicadores de riesgo. Si usted presenta condiciones preexistentes como diabetes, hipertensión arterial o enfermedades renales, requiere un seguimiento más estrecho.
Preguntas frecuentes sobre la preeclampsia
¿Cuál es la diferencia entre preeclampsia y eclampsia?
Mientras que la preeclampsia se caracteriza por hipertensión y daño orgánico después de la semana 20 de gestación, la eclampsia representa una complicación más grave que incluye convulsiones generalizadas inexplicables. La eclampsia puede manifestarse antes, durante o después del parto, incluso sin signos previos de preeclampsia.
¿En qué puede afectar la preeclampsia al bebé?
La preeclampsia impacta directamente en el desarrollo fetal debido a la reducción del flujo sanguíneo placentario. Las consecuencias principales incluyen:
- Restricción del crecimiento fetal por falta de oxígeno y nutrientes.
- Mayor riesgo de parto prematuro, especialmente antes de las 34 semanas de embarazo.
- Posibilidad de muerte fetal si ocurre desprendimiento de placenta.
Asimismo, los bebés nacidos de madres con preeclampsia enfrentan riesgos a largo plazo como: trastornos del aprendizaje, parálisis cerebral y mayor probabilidad de desarrollar diabetes e hipertensión en el futuro.
¿Cuáles son los principales tipos de preeclampsia?
Fundamentalmente, existen dos tipos principales de preeclampsia:
- Preeclampsia-eclampsia: caracterizada por hipertensión y proteinuria que puede progresar a convulsiones si no se trata adecuadamente.
- Preeclampsia sobrepuesta a hipertensión crónica: se desarrolla en mujeres que ya padecían hipertensión antes del embarazo.
En resumen, la preeclampsia representa una condición seria que requiere atención médica inmediata y seguimiento constante. Los datos científicos demuestran que esta complicación afecta entre el 7% y 10% de los embarazos, por tanto, el conocimiento de sus señales resulta fundamental para salvaguardar tanto la salud de la madre como la de su bebé.
Ciertamente, el control médico regular constituye la piedra angular para prevenir complicaciones graves. Por esta razón, en el Instituto Peruano de Medicina y Cirugía Fetal puede reservar nuestro servicio de Control Prenatal y mantener un seguimiento adecuado de su embarazo. ¡Contáctenos!